Estaban dos samurais practicando con la espada. Uno de ellos era ya un maestro y el otro un aprendiz. El maestro ganaba siempre al aprendiz hasta que otro discípulo se acercó y le dijo al otro aprendiz: “estás pensando en la espada, estas pensando en el enemigo, en como batirlo, en cómo poner tus pies…. eso es demasiado pensar. ¡¡Deja de pensar!!” Entonces, el aprendiz volvio a batirse de nuevo con el maestro dejando la mente en blanco. Ahora se sentía en paz y su atención estaba enfocada. Así, pudo vencer a su maestro.
Hay muchas personas que piensan que bajar revoluciones o lo que es lo mismo, pensar menos y dedicar menos tiempo, significa ser menos productivos, avanzar más despacio y que por más pensar y trabajar resolverán las distintas situaciones que tienen delante suya.
Podemos leer 100 libros a cerca de un tema, 4 periódicos, el twitter, facebook, ir a muchísimas convenciones y seminarios o cursos, podemos trabajar 70 horas a la semana con 20 reuniones… pero… ¿para qué tanto? Si prestamos la suficiente atención a lo que hay delante de nosotros… ¡hará falta muchos menos que la mitad de todo esto!
Isaac Newton, después de estudiar durante meses y meses fue a descansar debajo de un árbol. Fue en ese momento de reposo, en ese momento de dejar de pensar que, simplemente al ver caer una manzana, encajó todo en su cabeza. Cuando dejamos espacio para procesar todo lo que hemos visto, leído o escuchado y lo que hemos sentido, es cuando podemos ir más alla de toda esa información. Es cuando damos espacio para que se produzca el aprendizaje.
La propuesta es econtrar cada uno de nosotros su equilibrio entre trabajo o dedicación y otras actividades que nos calmen y nos conecten con nosotos mismos. La propuesta es ser más productivos en aquello que hagamos sin esa enooooooorme cantidad de horas de dedicación, que nos roban tiempo y energía para desarrollar otras áreas de nuestras vidas.
Si estás interesado, aquí te describo como puedes empezar a encontrar tu equilibrio.