No tenemos porqué hacer las cosas con tensión. Las mayores obras de arte en cualquiera de sus formas (pintura, deporte, trabajo, arquitectura, amor…) son creadas desde un estado de fluidez física y mental. Ese estado va siempre acompañado de un estado de relajación. No la relajación de sentarse en el sofá a ver la tele, sino una relajación combinada con una alerta suave y fuerte al mismo tiempo. El arte del ser humano radica en encontrar ese estado en cada una de las cosas que hace en el día a día. Asi que…
Si vas camino del trabajo, respira profundamente y relájate…
Si esperas tu turno en la cola, respira profundamente y relájate…
Si estás en medio de una discusión. respira profundamente y relájate…
Si estás en el baño, respira profundamente y relájate…
Si estás leyendo esto, respira profundamente y relájate…
Ese estado de relajación y alerta, va siempre acompañado de una respiración tranquila y sosegada. ¿y cómo saber cuál es mi respiración tranquila? Pues muy sencillo: revive un momento en tu vida de mucho miedo. Ahora revive un momento en tu vida de mucha felicidad. ¿Qué diferencia hay en la respiración en esos dos momentos?
Si estas haciendo…. hagas lo que hagas, seguro que se puede hacer más relajado!