Yo no sé a penas, por no decir nada, a cerca de economía, ya sea la macro o la micro. No sé a cerca de mercados, ni como se genera dinero ni como funcionan los gobiernos. Ni si quiera sé demasiado bien la democracia que tenemos aquí en España en qué consiste. Sin embargo, leyendo periódicos, revistas, noticias por todos los medios de hoy en día, se me viene siempre una frase que continuamente repetía un gran profesor y amigo: “chavales, si algo no os va bien en la vida, empezad a pensar que es por vosotros”
Podemos responsabilizar de lo mal que nos van las cosas a los gobiernos, a los bancos, o a la Pantoja que ya no nos anima como antes. Podemos incluso decir que nos ha tocado vivir esta enorme crisis y que hay más competencia que nunca. Siempre hay más competencia que nunca, cuando Cristóbal Colón intentaba patrocinar su viaje o cuando Genghis Khan intentaba gobernar sobre toda China. En cualquier caso, esto es lo que hay, esto lo que hemos generado entre la población y todas las empresas, gobiernos, instituciones, banca…
¿Y ahora que?
Y me viene a la memoria de nuevo ese gran profesor y amigo que decía con relación a los objetivos que nos ponemos: “imaginaros dos burros con la típica zanahoria”:
Uno de ellos avanza porque la zanahoria le pincha en el culo. Sería algo así como ponerse un objetivo negativo o dirigirse hacia donde no quiero ir: “que no me pinche la zanahoria” o…quiero salir de la crisis, no quiero perder ventas, no quiero quedarme sin trabajo o no quiero dejar de pagar la hipoteca (bueno, eso lo queremos todos, lo que no queremos son las consecuencias jejej ). Eso les genera una energía para avanzar digamos en forma de huida o de miedo. Querer salir de la crisis sin saber hacia donde se quiere ir, sería un ejemplo. Como el burro, corriendo cada vez más, conforme le pincha más la zanahoria y diciéndose “¡que no me pinche otra vez!” ¿te ocurre en algún aspecto de tu vida?
El segundo burro tiene la zanahoria delante colgada de un palo. Sería algo así como ponerse un objetivo en positivo, hacia donde quiero ir: “quiero la zanahoria” o… quiero tener ingresos suficientes, quiero aumentar ventas, quiero mantener mi trabajo o quiero poder seguir pagando mi hipoteca. Digamos que el burro va hacia delante por algo que quiere conseguir. Le impulsa, el querer conseguir algo, le impulsa el amor.
Con lo que tenemos jugamos
Un jefe de mi antiguo trabajo estaba lleno de frases con gran sabiduría. Una que repetía toooodos los años al hacer la planificación anual de objetivos bajo un presupuesto, era: con lo que tenemos jugamos. Con el tiempo, pienso que no se refería tan solo a los recursos que nos daba la empresa, sino que también se refería al mercado mundial y mercado nacional. A veces eran situaciones de buenaventura y otras, de desventura.
Él nos animaba a sentarnos durante un rato y cuestionarnos: con esto que tenemos… ¿qué es lo máximo que podemos generar? Como ejemplo nos ponía a dos familias mileuristas. Una de ellas con ese presupuesto tenía hasta para ahorrar algunos € al mes. En contraposición, la otra familia mileurista no tenía para nada y año tras año estaba más endeudada. Nos decía nuestro jefe, ¿cómo podemos sacarle el mejor partido a los recursos que tenemos en los contextos que nos han tocado vivir? Porque al fin y al cabo, esto es lo que nos ha tocado vivir. A otros fue una Guerra Mundial, otros una Guerra Civil, otros vivieron en la época medieval donde si eras un noble o de la iglesia andaba todo bien, pero como fueras un campesino… estabas fastidiado.
Pero bueno, ¡nos hemos dejado dos burros corriendo que deben de estar locos de hambre! Uno no come porque la comida le pincha por detrás y el otro nunca alcanza lo que le da de comer. Personalmente, prefiero ser el segundo burro que por lo menos, en lugar de huir de algo, está queriendo alcanzarlo. Ahora ¿Y si ese objetivo lo pusiéramos tan lejos como llegue nuestra mirada y nos diese una dirección a seguir?
Esta última pregunta lleva dentro un “¿para qué estoy haciendo esto que hago?” o “¿hacia dónde quiero ir?” Y trasladado a cada uno de nosotros…¿qué tipo de vida quiero para mi y para mi familia? ¿y para el entorno local en el que vivo? ¿en que tipo de sociedad me gustaría vivir? La siguiente pregunta va dirigida hacia la responsabilidad de uno mismo o cómo puede participar ¿cómo puedo aportar con lo que sé y con lo que tengo a generar todo eso?
Sí, todas estas preguntas a pesar de los políticos y sus gobiernos, la democracia, las entidades financieras, la crisis o cualquiera que sean las circunstancias de cada uno. Que interesante y valioso sería, poder sentarse un buen rato para tranquilamente hacerse esas preguntas. ¿hacia donde quiero ir? Qué interesante y valioso sería más tarde, seguir andando disfrutando de lo que ya tenemos, mientras más allá en el horizonte, vemos ese enooooooorme montón de zanahorias que nos indica hacia donde dirigir nuestras vidas…. con amor.
¡Ánimo!
