De las cosas más complicadas que he estudiado es parar de pensar mientras otra persona me está hablando. Lo normal es que mientras escucho pienso en qué le voy a responder, si estoy de acuerdo con esto o con lo otro, o en ocasiones, de lo que me están hablando me lleva a pensar en otra cosa totalmente distinta. En muchas ocasiones entran tantas ganas de decir algo antes de que la otra persona termine de hablar… que me pongo a hablar!
Hace tiempo que algún tipo de conversaciones me resultaban muy pesadas y terminaba exhausto, con una especie de niebla en la cabeza y con las emociones a flor de piel. Un día me di cuenta que mientras escucho, es un momento ideal para centrarme, para equilibrarme:
COMO HACERLO
- Presta atención a la planta de tus pies
- Presta atención a tu respiración
- Presta atención a lo que dice
- Presta atención a cómo lo dice
- Escucha con todos tus sentidos
- Toma a esa persona como lo más importante que tienes en ese momento
- Si te das cuenta que estás pensando vuelve a los puntos de arriba
- Si te das cuenta que vas a hablar, vuelve a los puntos de arriba
LO QUE OBTENDRÁS
- Mayor empatía con la persona
- Escucharás detalles que antes no estaban a tu alcance
- Si no te interesa, sabrás decirle con respeto a la persona que pare de hablar
- Sabrás hacer preguntas más directas y precisas (nacidas de la curiosidad)
- Entenderás con mayor profundidad el punto de vista de la otra persona
- Terminarás la conversación tranquilo, como si hubieses meditado
Esta práctica es muy útil en cualquier contexto que nos podamos imaginar. En el trabajo nos dará calma en momentos de tensión y podremos entendernos más con posturas aparentemente contrarias. Podemos escuchar con mayor profundidad a nuestra pareja o a un amigo que nos está contando algo. Podemos practicarlo viendo la tele o leyendo un libro. En definitiva, con cualquier persona con quien entablemos un mínimo de conversación, podemos intentar escucharla con mayor intensidad.
¡Os paso un cartel por si a alguien le sirve tener un recordatorio!